Friday, January 27, 2006

DISCULPEN LA INTERRUPCIÓN

Esto de llevar un blog va a resultar, me temo, más difícil de lo que pensaba. O quizás es que lo he iniciado en el momento equivocado, vaya usted a saber. Mi vida se encamina irrevocablemente hacia el abismo. Debido a un cúmulo de circunstancias aparentemente irrelevantes, la mera tarea de escribir cuatro cosillas en un post para cumplir el expediente nunca encuentra su hueco en la infernal planificación de mis tareas y mis horarios. En las últimas semanas una extraña fuerza de otro universo me mantiene sumido en un alienante letargo, posiblemente sedado e hipnotizado, provocándome esta paranoica sensación que me impulsa a huir lo más lejos posible de mi propia página web. ¿Por qué no he vuelto por aquí en tanto tiempo? ¿Qué he estado haciendo?

Lo cierto es que durante las dos últimas semanas mi actividad principal se ha reducido a:

1) Trabajar a destajo haciendo todo tipo de resoluciones y documentos administrativos varios.
2) Escribir algún párrafo de la esperada cuarta parte del French Connection, esa que la gran mayoría de vosotros creéis que no llegará jamás.
3) Pensar en Diplomacy
4) Asaltar megacorporaciones en el Nueva Orleans del año 2060
5) Leer estas reveladoras entrevistas

Y poco más. Con deciros que en dos semanas no he visto ninguna película, ni en cine ni en DVD, pues ya está todo dicho. La última que vi fue CRASH, pero el ilustre Littlebab ya ha sacado el tema, así que no ahondaré en lo descafeinada que me pareció. Desde entonces nada, ni la de las geishas, ni la de los vaqueros maricones, ni la nueva de Haneke, ni la docena de ediciones digitales que tengo sin desprecintar siquiera... NADA.

Aquí en Bilbao ha caído hoy una nevada considerable. Al menos es considerable para haber caído en Bilbao. A eso de las nueve y media de la mañana, caminaba por las abruptas cuestas de Portugalete metiendo los pies en charcos de aguanieve y resbalando cadfa escasos metros. Intuía, de alguna manera, que el hostión era inminente. Pero en mitad de ese paraje portuario cuasi-desierto en el que caían y caían los copos me ha dado por pensar, como a esos personajes de CRASH a los que de repente les nieva en Los Angeles, que el clima puede que actúe como metáfora del alma y demás, y que puede que quienes nos enfrentamos cada día a asépticos edificios administrativos y a gélidos lugares impersonales en mitad de la llanada, acabemos con el alma en estado de parálisis, y con la imaginación y la iniciativa en estado de hibernación.

Espero que en breve llegue ya la crónica francesa, y en cuanto esté terminada, el blog este empiece a tomar un poco de forma. Mientras tanto, trataré de superar la apatía invernal que me invade cada vez que me enfrento a la pantalla en blanco del Wordpad.

Monday, January 16, 2006

PLEASE, MR. POSTMAN


En VENENO (1982), una de esas infravaloradas películas de terror 100% británicas que reunía un reparto imposible, el servicio de paquetería de turno cometía una terrible equivocación: entregaba al beneficiario erróneo un envío de alta peligrosidad consistente en una Mamba Negra, el reptil letal por antonomasia. Encerrados en una casa a oscuras cercada por la policía, el absurdo grupo de secuestradores formado por Oliver Reed, Klaus Kinski y Susan George se enfrentaba al destructivo veneno de este salvaje animal de la jungla de África. Obviamente, aquello era sólo una película, pero es lo primero que me ha venido a la mente al ver la oferta de adopción que hace este buen señor a todo aquel que quiera aprovecharla: donde otros se limitan a dar cachorros de pastor alemán o gatitos en adopción, este sujeto ofrece nada menos que DOS TARÁNTULAS, y afirma que se trata de una mascota que en breve estará muy de moda, a juzgar por la creciente cantidad de aficionados a las arañas domésticas. En fin, no voy a entrar ahora a cuestionar la compañía que le puede hacer a uno en su casa una tarántula, que así de buenas a primeras no parece un bicho muy cariñoso y comunicativo, pero que puestos a estar uno mal acompañado, se me ocurre más de uno que comparte su vida con seres humanos más molestos e irritantes que los octópodos. Aquí lo curioso no es ya el hecho en sí, sino la modalidad de entrega del pedido: nada menos que por correo postal. El tío no ve dificultad alguna en remitir esto a quien sea por Postal Express y con el acuse de recibo correspondiente. Primero, le da a la tarántula las correspondientes instrucciones para que se esté quieta, luego la mete en una taza con una toalla o algo así, y la empaqueta mediante el procedimiento standard, con cinta marrón de esa de embalar y pegatas de esas de "THIS SIDE UP" y tal. Y el tío jura y perjura que la tarántula llegará sana y salva a su destino. Eso sí, cobra 20 dólares de gastos de envío y advierte que dará preferencia a todo aquel interesado residente en la costa oeste de los Estados Unidos.




Yo personalmente no tengo intención de adoptar ningún ser vivo, y menos una tarántula que de sólo verla ya entro en berserker y en estado de pánico total, pero sabiendo cómo suelen llegar a su destino mis pedidos de libros y DVDs varios realizados mediante Correos de España, no puedo dejar de pensar que en cualquier lugar del mundo occidental puede haber perfectamente una de estas aterradoras arañas arrastrándose por cualquier bloque de comunidad de vecinos, entre sus buzones, en el ascensor, en los conductos de ventilación... Incluso puede que ponga huevos en la sala de calderas y todo un edificio se vea enfrentado a un ejército de arañas asesinas. Como el Capitán Kirk en aquella vieja película. ¿Os acordáis?

Tuesday, January 10, 2006

BISUTERÍA Y COMPLEMENTOS


Señores, esto de querer romper moldes en el mundo de la moda cada vez está más complicado. Porque seamos sinceros, ya por haber hay de todo, y realmente está jodido que la extravagancia que a uno se le ocurre no se le haya ocurrido a nadie antes. Que ya está todo inventado, vaya. La última tendencia en materia de moda y complementos son estas bonitas pulseras o brazaletes hechos de latas de cerveza y refrescos varios. Los más jipilongos y "do-it-yourselfs" pensarán: "bah, esta mierda me la hago yo en mi casa con una lata de coca-cola y dos herramientas chungas". Pues a lo mejor sí, o a lo mejor no. También las camisetas con dibujos de superhéroes nos las hemos hecho toda la vida a la carta y ahora las venden en Zara con gran éxito de crítica y público. Cada cacharro de estos cuesta la friolera de 80 dólares americanos, y sus fabricantes afirman que, debido a la gran demanda existente, tardan al menos 2 semanas en hacerte el brazalete. Pero bueno, luego es super cool esto de ir por ahí con media lata de Budweiser recortada a la vista, y además sin que se oxide, ni corte, ni le provoque a uno infecciones horribles, con la garantía de ser un producto fashion de diseño. Porque lo de ponerse una lata de cerveza rota en la cabeza y tal lo hemos hecho todos más de una vez estando totalmente beodos, pero claro, no se puede comparar...

La oferta incluye marcas tan diversas como Guinness, Rolling Rock o Miller's, y refrescos como el nauseabundo Dr. Pepper o el Sunkist. El catálogo especifica que estos anuncios publicitarios de pulsera son "perfect for the ladies", y que además han sido hechos en Vermont, y que las latas han sido vaciadas por expresamente por Dana Roth o "por algún amigo de confianza". Vamos, que la lata no te la echa a la fregadera cualquier mindundi... Esperemos que en España alguien retome esta bonita iniciativa y nos haga unos bolsos o unos pendientes con etiquetas de Cruzcampo, Keler, Skol, Oro Lujo, Ulifress, Granini o Mosto Palacios, por aquello de reivindicar una iconografía más castiza.

Wednesday, January 04, 2006

PELÍCULAS INCREÍBLEMENTE EXTRAÑAS

1. SECRETARY (2002)



Si SECRETARY se hubiese rodado con intérpretes distintos, no sé, digamos una Jennifer Aniston en el papel femenino, y un Nicolas Cage en el papel masculino, habría sido sin duda la película más controvertida y polémica de lo que va de siglo. Como resulta que se estrenó de tapadillo y pasó sin pena ni gloria por nuestras carteleras, pues todo dio igual. Bueno, todo no: ya hubo sonoras quejas, cartas al director y gritos en el cielo varios por los carteles que anunciaban el estreno del film en nuestro país. Recuerdo haber leído una misiva firmada por la Asociación de Secretarias de España o algo así (siento ser tan impreciso, pero no recuerdo con exactitud cuál era exactamente el absurdo colectivo que se escandalizó por este suceso), en la que se denunciaba enérgicamente el hecho de que se publicitara una película con este tipo de propaganda denigrante para la mujer, amén de discriminatoria, sexista, y ofensiva para con el respetable colectivo de las secretarias. En el cartel, como podéis ver en la imagen adjunta a este post, aparece un evidente primer plano de un trasero femenino, embutido en una falda prieta de esas como de traje de empresa, y perteneciente a la mujer que se halla, supuestamente, inclinada hacia delante, en lo que llamaríamos la célebre "posición del duro" (sí, esa, la clásica de agacharse a recoger el duro, para que luego venga otro por detrás con intenciones aviesas, y bueno, creo que no hace falta que lo explique...). Sobre ese culo inclinado una frase comercial trata de vender la película: "asume tu posición". Puede parecer un tanto suicida por parte del distribuidor tratar de vender la peli con estos mensajes subliminales tan poco propios de nuestra democrática e igualitaria sociedad actual. El cartel es sin duda llamativo. Pero... ¿de qué va esta película? ¿Es una comedia? ¿Es un drama? ¿Es una cosa así como erótico-festiva con rollito sadomaso light?

SECRETARY es, sin lugar a dudas, una comedia romántica. La comedia romántica más extraña y turbia que se recuerda. Los esquemas narrativos no están muy lejos de la comedia romántica estándar con Nicolas Cage y Jennifer Aniston: chica con pasado oscuro y problemas familiares (padre alcohólico, madre maltratada) busca trabajo de secretaria; su jefe resulta ser un hombre serio, apuesto, trajeado y guapo; comienza una relación entre ambos; la relación los hace felices a los dos; la relación pasa finalmente por altibajos e inseguridades, y está a punto de romperse casi al final de la película, cuando ella, mediante un acto de amor asombroso, recupera al hombre que le gusta y ambos acaban viviendo felices para siempre. Y es que dicho así, no parece una película muy prometedora. Claro que si a eso le añadimos que la relación en cuestión está basada en una simbiosis amo/esclava, con azotes, torturas, dominación, sometimiento, auto-mutilación, spanking, y otra serie de bonitas prácticas poco comunes en los noviazgos felices de las películas de sobremesa con Ben Stiller y Cameron Diaz, pues la cosa cambia bastante. Porque al final, esto de lo políticamente incorrecto tiene un pase según quién lo cometa. No es lo mismo hacer una peli con Maggie Gyllenhaal y James Spader (que por cierto, vaya casting, que a nadie se le escapa que no hay peli en que Spader no haga de pervertido sexual o de tío raro y chungo, y la mayor de los Gyllenhaal pues otra que tal baila, que no sale en una puta peli normal), que hacer superproducción de Hollywood para toda la familia.


En el caso que nos ocupa, se trata de una peli del desconocido director Steven Shainberg, sobre un guión de Erin Cressida Wilson. Es gente que proviene del circuito off-Broadway, no de la industria del cine de Los Angeles, y parece que eso cuenta. La historia de amor aquí es entre un jefe que tortura moral y psicológicamente a los empleados de su bufete, y una secretaria que ve la luz al sentirse azotada, dominada y humillada por el susodicho jefe. Es una relación perfecta, un choque entre dos medias naranjas complementarias, en la que cada cicatriz, cada moretón, recuerda un instante de felicidad orgásmica y plena. En estos tiempos en los que los malos tratos, la violencia de género y el terrorismo doméstico son problemas tan graves y tan denunciables, estrenar una película como esta sólo puede entenderse como una maniobra silenciosa dentro del cine independiente yanqui, porque de lo contrario todo Dios sabría que se va a estrenar LA famosa peli en la que a Cameron Diaz o a Jennifer Aniston les dan de hostias y encima lo disfrutan. Bueno, tampoco es tan mala idea de cara a rentabilizarla, siempre y cuando al final de la peli Cameron Díaz se cure de su "enfermedad" y proceda a tener una relación hormonal sana y sociable, pero claro, aquí la cosa no va de eso. Aquí en el fondo el masoquismo y la dominación son accidentales, lo que se narra es la historia de amor entre las dos personas que establecen esta relación.

En lo referente a la atmósfera, la peli es bastante oscura y lynchiana. Lo de lynchiana igual es sólo por la estupenda música de Angelo Badalamenti, colaborador habitual de Lynch, pero esa sensación de que todo suceda en esa siniestra oficina en la que parece que están constantemente como instalándose o de mudanza o algo, el que los personajes sean tan absurdos (a medio camino entre el redneck oligofrénico y la caricatura fría de los delirios de Lynch), los diálogos entrecortados... No sé, algo tiene. Evidentemente, no es una comedia de hacer reír, está más cerca del cine de Jim Jarmusch o Wes Anderson que de la comedia de carcajadas que todos conocemos.


Pues nada, eso, que si alguien tiene cojones, que hay por ahí una edición de Manga Films disponible en venta, alquiler y lo que haga falta. Yo personalmente recomiendo la edición británica de Tartan Video, que trae un divertido audiocomentario de Shainberg y Wilson, pero para los que se pierdan con la lengua de Shakespeare, con la edición española tendría que valer. Y si no pues a emulearla, que también vale.