Monday, November 27, 2006

GRANDES MONÓLOGOS DE LA HISTORIA DEL CINE (6)

En esta época de persecución y caza de brujas hacia los fumadores más empedernidos, no deja de sorprendernos el hecho de que hasta hace cuatro días aquí podía uno fumar en cualquier sitio con total impunidad, pero que en esos otros países que siempre van más adelantados que nosotros, o a los que simplemente nosotros les copiamos todo lo que hacen, la condición de fumador era ya una cosa muy políticamente incorrecta y muy mal vista, casi casi como ser musulmán, gay o pro-abortista. Una cosa muy mala, muy marginal y muy chunga, vamos. El país más emblemático respecto a estas heroicas y solidarias iniciativas anti-tabaco del Bien eran, evidentemente, los Estados Unidos de América. Un país en el que, como decía un venezolano al que conocí en Nueva York y que vivía en Queens, sólo puede fumarse "in the PC", o lo que es lo mismo, en la Puta Calle (y según en qué calle, muchas veces ni siquiera eso).

Corría el año 1994 cuando Kevin Smith, en su brillante opera prima (y a mi juicio su mejor película hasta la fecha) titulada CLERKS, introducía esta acertada sátira de las campañas anti-tabaco como mero reclamo publicitario de compañías privadas camuflado de acción social, humanitaria y solidaria. El actor es Scott Schiaffo, un señor totalmente desconocido al que creo que no he vuelto a ver en ninguna película, y el monólogo es sobre todo la segunda secuencia de las dos que están montadas en este clip. En cualquier caso, he preferido incluir el clip completo, para mayor hilaridad, aunque sólo sea por la descabellada idea de ese comercial miserable que se pasea por las tiendas con un pulmón humano en la maleta como el que lleva el catálogo de Tecnocasa.

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